“Sáhara es el espejo de mi vida.”
Solo puedo mirar lo que hay dentro de mí. Escucho el viento y en él, mi voz. No es confusión. Es real. Y mi vida se revela en unos segundos. Soltar, aceptar, sostener, traspasar, crecer… Y un milagro se hace presente. Tan íntimo, tan real,… La mente se aclara. Las dudas se despejan, el miedo se desvanece. Gratitud máxima. Hay un antes y un después. El Sáhara es un espacio en mi mente al que he de volver siempre que busque volver a mí. Siempre que necesite volver a mi desierto de la abundancia.