“El desierto tiene la virtud de alejarte de todo y acercarte a ti mismo.”
Otro tipo de viaje al desierto no hubiera sido tan enriquecedor, pero esta fórmula de caravana a pie y en camello, similar a las caravanas tradicionales que recorrían el Sáhara hasta Tombuctú, hace magia con el espíritu. En mi viaje al desierto encontré varias paradojas. Curiosamente la sensación de aquella “nada absoluta” hace que desde dentro aparezca tu “todo”. Cuando te vacías al desierto empiezan a salir todas aquellas cosas reales que llevas dentro; deseos, placeres, objetivos, ilusiones y todo tipo de revelaciones personales aclaratorias.