Siempre recordaré aquel 17 de Septiembre de 2019. Mi primer entreno personal con Annita. Un running “ligero” bajo el sol de la Barceloneta con mareo incluido; pero la sensación de estar donde quería estar. Era mi primer día de cambio, cambio para reconocer otros límites y reconectar conmigo. Ella me acompaña a avanzar, cuando “creo” que no puedo. Me conoce bien porque me observa, me escucha, me siente,… como nadie. Me aprieta cuando se puede y afloja cuando se debe. Annita se ha convertido en una persona muy importante para mí, al que admiro y quiero. Deseo con toda mi fuerza que pueda seguir dedicando su vida a entrenar a la gente, tanto física, como emocionalmente; porque hace mucho bien. No lo dudes, ¡prueba con ella y no te arrepentirás!
